Bardenas Reales

Noviembre 2015  



A pocos kilómetros de Tudela (Navarra), se encuentran las Bardenas, un Parque Natural de belleza salvaje declarado por la UNESCO reserva de la biosfera, un paisaje casi desértico surcado de mesetas, barrancos y espectaculares picachos solitarios llamados cabezos y que han ido esculpiéndose durante millones de años por efecto de la erosión diferencial de sus suelos (arcillas, yesos y areniscas) Fuente de inspiración de pintores y escritores y escenario de anuncios televisivos, y películas. El parque está dividido en tres areas que de norte a sur son el Plano, tierra de cultivo y caracterizado por elevaciones suaves, la Bardena Blanca, la mas conocida por su peculiar paisaje lunar y donde se encuentran las principales formaciones  o cabezos como el de Castildetierra y por último la Bardena Negra, donde el terreno se oscurece dando paso a los únicos bosques de pino que hay en las Bardenas. Debido a las temperaturas extremas y a las especiales condiciones del terreno se recomienda no visitarlo en días de lluvia o en pleno verano, siendo la época mas aconsejable de septiembre a junio. Un verdadero reino para el senderismo y la btt. Existen 9 recorridos oficiales señalizados que podemos consultar y descargar sus mapas de la web oficial www.bardenasreales.es o bajarnos los tracks con todo su detalle e información adicional de la rutas autorizadas desde www.misescapadaspornavarra.comEl departamento de control del parque a restringido el acceso a algunas de las viejas cañadas, cordales y veredas en pro de la conservación de la naturaleza y el respeto a las aves, excepto en los recorridos autorizados que son compartidos con vehículos , así que es decisión de cada uno respetar o no estas normas.

Etapa: (55km. 555m+ 04h.30')
BARDENA BLACA (Rallón-Paso de los Ciervos-Castildeterra-Castillo Peñaflor)
Itinerario:
En la misma población de Arguedas encontramos el desvió que nos conduce a la entrada de parque, pasamos por delante del punto de información e interpretación de las Bardenas que aun se encuentra cerrado (abren a las 09h. de la mañana) y seguimos con el coche hasta encontrar el camino perimetral que rodea el polígono de tiro, circulamos por él hasta llegar al extremo opuesto del campo en el lugar conocido como Sanchicorrota  donde encontramos el desvío de la cañada Real de los Roncaleses. Una señal impide el paso sin especificar si únicamente se refiere a vehículos o también a personas. Son algo más de las 09h y la niebla cubre las cimas del Rallón y el Pisquerra, decidimos dejar el vehículo  unos kilómetros más allá del cruce junto al corral de Mendigacha para que no parezca tan evidente nuestra intención de adentrarnos por la cañada y ascender al Rallón con las bicicletas. La niebla es nuestra mejor aliada para pasar inadvertidos a los forestales, aunque  en esta época del año y a primera hora de la mañana los controles son escasos.












Iniciamos nuestra ruta en btt adentrándonos en el desfiladero  por donde pasa la cañada entre el Rallón y el Raya hasta llegar al desvío donde un camino que se endurece en sus primeras rampas asciende hasta alcanzar la meseta que constituye la cumbre del  Rallón nuestro primer objetivo. La niebla aunque no muy densa, nos impide observar con claridad el magnífico paisaje que se abre a nuestros pies y apreciar los espectaculares cortados que flanquean el extremo norte de esta cima. Antes de iniciar el descenso bordeamos la meseta por completo y rápidamente llegamos  al cruce con la cañada que seguimos hasta abandonarla poco después por un sendero que encontramos a nuestra izquierda y que da inicio a la parte más técnica, entretenida y de mayor belleza de la jornada. Un descenso espectacular por la senda de los Ciervos, una arista de tierra serpenteante y algo vertiginosa, rodeada de una infinidad de crestas caprichosas que descienden como coladas de las paredes del Rallón. Después de repetir este descenso y de inmortalizarlo desde diferentes ángulos con nuestra Gopro, seguimos por el sendero que transita por el fondo de este barranco hasta llegar a otra bonita zona donde el terreno adquiere sinuosas curvaturas por las que cabalgamos hasta alcanzar el Paso de los Ciervos, otro momento especial del recorrido   y   que nos deja de nuevo en la llanura donde se encuentra el campo de tiro y la pista que lo rodea. Tras un corto enlace llegamos al camino perimetral que seguimos hasta Castildetierra, conocido como la Chimenea de las Hadas, icono y emblema del parque. 

Después de una corta parada para contemplar  este monumento natural, muy concurrido puesto que hasta aquí se accede sin problemas en vehículo, retomamos el camino ahora, cruzando el barranco Grande y dirigiéndonos al castillo de Peñaflor en el Vedado de Eguares. Atravesamos un pequeño bosque de pino antes de llegar a las inmediaciones del castillo un lugar que desprende historia (El castillo de Peñaflor fue construido por mandato del rey Sancho el Fuerte en el siglo XIII, para defender la frontera de Navarra contra el reino de Aragón, y es la única fortaleza de la región que en toda su historia  no ha sufrido modificación estructural alguna). Después de rodearlo, continuamos por una diluida senda que nos conduce, salvando un corto pero fuerte desnivel que nos obliga a portear las bicicletas, hasta encontrar el camino del Vedado, ahora ya montados en la bicicleta seguiremos ascendiendo en dirección norte hasta situarnos sobre la gran meseta de la Estroza desde donde tendremos unas vistas impresionantes de las Bardenas. El camino que desciende por esta vertiente es entretenido y fácil de perder por la multitud de barrancos que hay que salvar y  los sembrados que han ido cubriéndolo. Esto nos obliga a  prestar mucha atención a nuestro GPS, al menos hasta encontrar la cañada de Cornialto, a partir de aquí, el camino se hace mucha más llevadero y después de pasar por delante de Cabezo Judío  retomamos la cañada de los Roncaleses, que desde el Paso, donde se encuentra  el monumento al pastor Bardenero desciende hacia el Rallón. Mientras circulamos por la cañada y pasamos junto a la pétrea mirada de varios cabezos como el Angarillones o el Pisquerra decidimos volver a repetir el descenso por la senda de los Ciervos que ahora con los rayos del atardecer toma un cariz especial que nos envuelve.









Finalmente regresaremos por el camino perimetral hasta donde tenemos el coche en  Mendigacha, satisfechos por la experiencia disfrutamos con las ultimas luces del día  de este paisaje inundado ahora de colores cálidos que nos transmite una sensación de sosiego y tranquilidad reconfortante.



Bardenas Reales.mp4
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